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El desafío del Líder en tiempos del Bicentenario

Si sintetizamos el propósito de un líder cuando identifica un reto, podemos desarrollar un circuito interesante: Analizará las variables latentes, identificará la oportunidad, apelará a su creatividad y diseñará un plan de acción que mitigue los riesgos y converse con los resultados, por supuesto en conjunto con su equipo.

Esta simplificación del rol del líder, funciona en un contexto ideal; sin embargo, históricamente las organizaciones han enfrentado diversas crisis y son esos espacios de tiempo precisamente, en donde se pone a prueba este circuito del liderazgo y la fortaleza de los equipos.

La República del Perú viene enfrentando una de las peores crisis sanitarias desde el año 2020, en realidad la pandemia no ha sido más que una manifestación de  visibilizar el precario sistema de salud con el que cuenta un país con alto crecimiento económico y solidez financiera internacional; pero con escazas y austeras políticas de desarrollo social. Un ejemplo de estas consecuencias es el aumento según el *INEI en  la tasa de desempleo del 34% en el rango de Diciembre 2020 a Febrero 2021.

A este contexto pandémico debemos sumarle las elecciones presidenciales, en donde se ha reflejado con una claridad crudísima la polaridad de una sociedad. Las clases sociales se han manifestado al mismo estilo “Buckoskiano”, separando familias enteras y dividiendo a un país, fomentando aún más caos y pérdidas de la que tolera una nación.

Cómo líder ¿Cómo se puede navegar e este entorno volátil, de alta incertidumbre, ambiguo y complejo?

El contexto Perú nos invita a reflexionar sobre la posición del liderazgo en las organizaciones. La capacidad de adaptación y de reinvención, son competencias necesarias si queremos surfear con éxito la realidad peruana.

  1. Las organizaciones no son ajenas al flagelo de las perdidas producidas por COVID en cada familia, no solamente las perdidas humanas, económicas sino la nueva re estructura familiar a partir de ello.
  2. Los grandes casos de incremento de padecimiento psicológico depresión, angustia y estrés; conllevan al cuidado de la salud mental de los colaboradores como foco en los planes de desarrollo organizacional.
  3. El desdibujar los límites profesionales como personales en el home office, deben de ser mitigados. En consecuencia, es importante brindar condiciones de equilibrio para llegar a un wellness entre el trabajo y el hogar.
  4. Los efectos de la crisis política en los colaboradores y el gran fraccionamiento social que atraviesa la sociedad; son puntos en los que la organización no se encuentra ajena; por ende se deben de identificar y trabajar.
  5. El impacto en la motivación de la empresa, en su clima y en la productividad son factores vitales si se quiere construir un equipo alineado a los objetivos corporativos. 

En consecuencia, son múltiples los factores que un líder tiene que enfrentar para construir un equipo sólido en un contexto VUCA:

  • El líder como facilitador del cambio: No basta con una visión clara de hacia donde se dirige el equipo, se debe comunicar el propósito de la organización.
  • Al analizar los múltiples escenarios: Es vital focalizar en los múltiples riesgos que conllevan y desarrollar un pensamiento crítico previo a la toma de decisiones.
  • La flexibilidad y el dinamismo: Son la clave frente al escenario complejo. No sólo en la mirada del líder, sino que debe formar parte de la esencia del equipo.
  • Finalmente, la innovación como herramienta por excelencia; para mantener a flote el propósito siempre ante los cambios constantes. 

El líder VUCA debe de empatizar con el dolor de la organización. ¿Qué es lo que no esta permitiendo llegar a los objetivos en este contexto?
Recordemos, finalmente la organización es un ser vivo conformado por personas, si logramos empatizar con ello el trabajo del líder está alcanzando el desafío.

Fuente: INEI

Autor: Graciela Santa Cruz (2021)